Wednesday, November 19, 2014

Cuba política

    La situación en Cuba ahoga a los de abajo. El poder monetario que les dé el incipiente sector privado y el descontento general de quienes no toleran y no emigran, podría jugar un papel importante en el futuro dentro del pais. Por eso el gobierno ha temido siempre a la empresa privada.


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Vigilante el viejo chulo de Venezuela.
Vigilante el viejo chulo de Venezuela



En orden de relevancia estos son los tres mayores partidos en que nos agrupamos los cubanos.

 Primero, el partido comunista: Lo situamos como número uno, pues ha logrado estar en el poder por más de medio siglo y suplantar al resto de los poderes en Cuba, y por tanto con gran influencia fuera del pais también. No es el que más adeptos tiene en ningún ámbito, pero sí el que principalmente han determinado todos los eventos ocurridos durante todo este tiempo desde que Batista abandonó su puesto 56 años atrás, y además tiene el beneficio extra de ser el único partido legal en Cuba mientras dcuenta con una formidable maquinaria represiva y propagandística que sería le envidia de Hitler, Stalin y similares. El Partido Comunista es tan poderoso que nadie concibe otro dueño de Cuba. Gobiernos y empresas en todo el mundo se pliegan ante el partido comunista de Cuba, hasta el New York Times.

 Segundo, los "sociolistas": casi no hay cubano que no pertenezca o haya pertenecido a este grupo, que ha sido la única alternativa al primero (el comunista) y la manera de socavarlo o simplemente sobrevivir a los excesos de un sistema tan corrupto. Sus miembros se han adaptado lo mejor posible a los mecanismos económicos establecidos por el gobierno, a los dirigentes nombrados por el gobierno y a los salarios decretados por el gobierno...

Para casi todo cubano es incluso un deber, es la moral, la justicia o simplemente cuestión de vida o muerte, ser un fiel militante del partido sociolista. A este pertenece, por ejemplo, un silencioso ejército de funcionarios venales, unidos entre sí por intereses económicos comunes. Entre ellos se protegen y se rescatan cuando el comunista u otros intereses los hacen caer destituidos. Entonces reaparecen seis meses después en cargos de dirección de otra empresa burlando todo mecanismo establecido porque en eso no hay quien supere a este partido sociolista debido a que la red de solidaridad entre ellos viene de lejos y surgió con el fin de esquivar la regla del nepotismo que es tener a unos que se dicen pertenecer al comunista pero pertenecen a los dos partidos y están en la cúspide podrida que ha dirigido el país.

Así, sindicatos, los directivos del PCC o la UJC (que son lo mismo), y otras organizaciones, hoy forman una piña con la administración, tapando ineficiencias, obviando errores y a veces hasta ocultando corruptelas. Muchos son militantes de los dos partidos (comunista y sociolista). Esta doble membrecía es muy conveniente para ascender, “triunfar”, seguir apoderados de un país que les pertenece y de cuyo control será tan difícil echarlos. Esos son los que van a continuar siendo los dueños del país por al menos otros diez años más.

Los que no pertenecen a estos partidos dentro o fuera de Cuba, no tienen un canal que les permita transmitir lo que ocurre y de hacerlo, serán aislados, desacreditados, molidos, tronados... “Cayó en desgracia”: ha cometido el tremendo disparate de ya no estar afiliado, a los “puros” y “limpios” en el poder. Por tanto ha aprendido a callar y a mirar hacia otro lado a cambio de que los grandes escualos se bañen pero lo salpiquen un poco. Este el Tercer partido, el de los excluidos y temerosos, es el partido del silencio al que pertenecemos casi todos los demás por un motivo o por otro.

He aquí la trilogía en esta Cuba que no quería Martí y que no le sirve, ni le servirá a nadie.

Mientras los canales no funcionen, el cubano de a pie no se sumará al deshierbe supuestamente emprendido y los terrenos que se limpian, volverán a contaminarse como siempre ha ocurrido.

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