Wednesday, October 8, 2014

El aventurero argentino Che Guevara sentía pánico ante Castro

    Hoy se cumplen 48 años de que Castro mandó al despiadado aventurero Che Guevara pal cirgüelo, a "liberar" una de las plazas más comprometidas y menos probable de toda Latinoamérica, sin Plan B ni ruta de escape. Obviamente el Comandante en Jefe quería "suicidar" al argentino.


    CubaenVivo - Redacción


[caption id="attachment_13046" align="alignright" width="450"]La realidad es que Che Guevara le tenia un miedo pánico a Castro La realidad es que Che Guevara le tenía un miedo pánico a Castro y la vida vino a demostrar que no le faltaban razones. Foto: Archivo[/caption]

Susana Gómez Bugallo, "periodista" de Juventud Rebelde siente nostalgia hoy por Che Guevara. Según ella los cubanos lo adoraban. Igual habría escrito esta pobre mujer del Fuhrer Adolfo en el año 1936 si ella fuera Susans G. Bugallostaght, alemana.

A los cubanos Fidel castro les dijo que "Ernesto Guevara continuaba la lucha internacionalista por otros lugares del mundo". Ya el Comandante había visto la reacción, para él inesperada, por parte del pueblo cubano al enterarse de la muerte de Camilo Cienfuegos, el otro héroe legendario de la recién terminada guerra de guerrillas a quien también Castro "suicidó" mucho antes, en Octubre también, pero de 1959.

Ese día del lejano 1965 Castro aprovechó para presentar lo que sería, a partir de ese momento, el Partido Comunista de Cuba. Casualidad que el Che Guevara era asesino redomado, liberal y pendenciero, pero no le gustaba el comunismo y desconfiaba de los comunistas. Su corta vida lo menos que había estado era relacionada con los numerosos movimientos comunistas del panorama político argentino y latinoamericano.

El Che estaba consciente de la apenas iniciada dictadura de Castro al frente de Cuba. Sabía que era la hora de separarse de ese hombre del que aprendió a apreciar peligros y secretos. Y los secretos fueron su condena aun cuando ya el argentino se creía a salvo de las garras del "líder histórico".

Bajo otros cielos llegó la hora definitiva y su último pensamiento habrá sido para Cuba, pero sobre todo para su "suicidador", el estratega Castro, quien "casualmente" era la única persona en este mundo que sabia que al frente de aquel pequeño grupo de alzados en los ralos bosques del altiplano boliviano, era el Che Guevara. Hasta allá "alguien" mandó los servicios de inteligencia, no para descubrir que era el Che Guevara a quien habían apresado, sino para confirmar el informe que habían recibido.

Hora de partido comunista sin guerrilleros heroicos

[caption id="attachment_13048" align="alignleft" width="450"]Fidel Castro y Che Guevara medio siglo después. Fidel Castro y Che Guevara medio siglo después: uno, disfrutando de un show de delfines prisioneros en el Acuario Nacional de Cuba; el otro, hecho una magnifica estatua a las afueras de una cárcel especial para presos contrarrevolucionarios en Santa Clara.[/caption]

En medio del anuncio del que astutamente se valió Castro se hacía también ese día otra parte de la Historia de Cuba: los hermanos Castro se declaraban comunistas, con su correspondiente Partido Comunista de Cuba; el de ellos, porque ya existía un partido comunista pero era de otros políticos a quienes los Castro encarcelaron y asesinaron antes y después de la fundación de su partido comunista.

Fidel Castro y Raúl Castro fundaron aquel día un Politburó al mas genuino estilo estalinista y se autoproclamaron ellos mismos Primero y Segundo jefes, respectivamente. Hasta el día de hoy: de eso hace mas de medio siglo. Al día siguiente vería la luz la edición inaugural del Granma, el periódico propagandístico principal del régimen totalitario, que ya para ese momento era una criatura hecha y derecha y contaba con la solida e indestructible amistad de cerca de diez mil millones anuales en concepto de regalo por parte de la Unión Soviética (¡que en paz descanse!).

Así se convirtió Cuba en ese "santuario" de los forajidos, agitadores y traficantes del continente entero, según ordenó el propio Castro en un discurso, quien ya para entonces sabía que iba a durar cien años como líder histórico de la Revolución de su Macondo. Ojo que no ha pasado todavía el siglo vaticinado.

"Los hombres pasan; los pueblos perduran... los pueblos quedan..." Sentenció el propio jefe forajido cubano. Y sí; el pueblo cubano quedó, pero quedó al campo como dicen los cubanos. Porque aun cuando conquisten la cercana libertad y democracia, lo bailao no hay quien se lo quite al Primero y Segundo Dictadores.

    Susana Gómez Bugallo, desde La Habana participó en la redacción de este escrito.

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